martes, 2 de octubre de 2012


MORA ABROCHA A HOMBROS EL AÑO TAURINO.

El torero madrileño corta tres orejas y Cayetano, una, en la corrida de Corella.

Muy buena entrada en el decano de los cosos navarros y corrida descastada, pero manejable de Montalvo.

El pasado domingo 30 de Septiembre la ciudad ribera de Corella, un año más, echó el cierre a la campaña navarra con el fasto de un festejo mayor en honor a la Virgen de la Merced y San Miguel.

Por torería y rendimiento el triunfador fue David Mora, que cortó tres orejas y finiquitó el año taurino cruzando a hombros el dintel de la puerta grande de la decana de las plazas forales. Por servir de querencia de mocerío y mozas de muy variada edad y distinción la palma se la llevó Cayetano Rivera Ordóñez, que obtuvo una oreja generosa tras una discreta actuación. El invitado pobre fue el aragonés Alverto Álvarez, único torero de la terna que ya había toreado en este coso y que dibujó algunos pasajes de entrega y cierta profundidad ante el cuarto toro de la tarde.

David Mora inició su trasteo de rodillas ante 'Cordobés',
 chico y muy boyante toro de Montalvo
al que desorejó tras una elegante y estética
 faena. (Manuel Sagüés)
Lo mejor de la función fue el ambiente taurino total, una auténtica eclosión social y festiva que tan bien nos define y que hace de la tauromaquia el espectáculo más genial y amplio del planeta tierra. Plaza vetusta engalanada y adosada al caserío, tendido de los sastres a reventar, el torilero Cerdán lo siguiente a impecable, el maestro Marcilla incombustible, las gradas plagadas de niños y chavales, la solanera atestada de una juventud atabiada en blanco salud y rojo jubileo, la sombra exigidora y generosa, protestadora y de buen criterio, la palquera serena y justa, el ruedo, no como ayer, en perfecto estado, los toreros bien vestidos de tabaco, celeste y mercurio, desmonterados dos en el paseíllo... Y al finalizar, el triunfo y lo mejor de la Iberia oculta hirviendo inefable magia en la calle Moral: desde el carrico del Pruden y la Mercedes hasta la pelea de brazos en la ventanilla de una furgona por conseguir una foto del toreo de relumbrón, mientras que el chófer de los despojos de la Protectora se encomienda al santo Job. Y ya la luna lunera, enorme, embelesadora, octubrea y nos manda con nostalgia a todos los taurinos al reposo del invierno... Mas, sin darnos cuenta, un año más y por los siglos de los siglos, a pesar de ignorantes y envidiosos, San Raimundo tocará los clarines y timbales para recordarnos que la vecina villa de Fitero, además de puerta del Císter, decerrojará la cancela que ahora lacra Corella, ciudad tan barroca como bella.

Y los toricos fueron bastante birria, pero sirvieron de buen complemento para el toreo, la fiesta y el triunfo. El más torico de todos, Cordobés, tuvo brava bondad y dulce y largo recorrido. Mora lo aprovechó con elegancia y gusto. Estoconazo hasta la bola y buen triunfo. Cayetano firmó muchos más autógrafos que pases estimables. No profundizó y se alivió, aunque mostró cierto empaque. El ejeano Álvarez puso algo de verdad ante el 4º y pinchó una oreja.


FUENTE: NOTICIASDENAVARRA.ES

No hay comentarios:

Publicar un comentario