jueves, 16 de agosto de 2012

CRÓNICA 1ª. DE FERIA DE TAFALLA (NAVARRA).


LA NATURALIDAD Y PROFUNDIDAD DE GALLO.

El salmantino corta dos orejas y sale a hombros de una corrida de Los Recitales más floja que en años anteriores.

Eduardo Gallo debutó con buena nota en Tafalla y cortó dos orejas. Otra oreja se llevó de esta ciudad el francés Juan Bautista. El otro coletudo nuevo por estos lares, Curro Díaz, se fue de vacío y con el disgusto de topar con un lote nada propicio para sus artísticas condiciones.

Y con un y un no y algunos peros se tuvo que marchar el hijo de Salvador Martín Losada (al que deseamos una pronta recuperación de sus problemas de salud) por el juego desarrollado por su encierro de Los Recitales. La torada sevillana fue noble tanto en el encierro matutino como en la corrida, sin embargo, no ha estado a la altura que se esperaba dado su excelente y largo recorrido en Tafalla.

Muletazo de Eduardo Gallo al tercer toro de la tarde en la
primera corrida de la Feria Taurina de Tafalla.
Un toro, el lidiado en tercer lugar y de nombre Resinero, seguro que opta al premio del toro más bravo del serial tafallés. Y un quinto, Zultán, también dio buen juego. Ambos, justamente aplaudidos en el arrastre. Mas estos toros solo pudieron elevar la nota media del encierro hasta el aprobado raspado por culpa de la mala respuesta de Diabólico, Quisquilloso y Angelito, primero, segundo y cuarto de la función. El bueno y flojito Decorador, el que cerraba plaza, acertó con la escasa y media puntuación del lote.

Lo de Curro Díaz es breve, como sus dos faenas, a pesar de que lo intentara, atisbando en alguna pincelada su indudable clase. Además, Angelito fue desafortunadamente citado de salida en un burladero y se rompió feamente el pitón derecho. Ya no hubo emociones y el toro, muy sangrado como su hermano Diabólico, el primero, se paró y solo se expresó con protestas calamocheantes. Prueba de lo sangriento de los respectivos y dolientes monopuyazos fueron lo ahogados en sagre de toro de los posteriores palitroques.

Eduardo Gallo vino con las cosas muy claras a Tafalla: la madurez del toreo se dice con pureza, naturalidad y profundidad. Y cierto es que, aunque hubo algún desarme inoportuno, el salmantino se ganó a pulso la salida a hombros por su concepto y puesta en escena ante sus dos toros. Sobre todo, dando la respuesta estética y adecuada al bravo y encastado Resinero, que hubiera merecido más honores que una ovación en el arratre si no es por el misterio de ser picado en la solanera. Pero Gallo sí supo lucir a Resinero en el último tercio. Trabajo para domeñar en las primeras tandas y, luego, toreo templado, hondo y muy sincero por ambos pitones. Varios naturales resultaron eternos, haciendo que el personal se entregara con unísona emoción. El olé de Tafalla emociona, como el de todas partes cuando el toreo es tan de verdad como el que desplegó Gallo. La colosal foto de Bergasa lo atestigua. El castellano-leonés repitió argumentos ante el tan noble como flojo Decorador. Menos vibración por la condición del toro. Orejas a pesar de lo renuente de la alcaldesa. Merecida.

Juan Bautista no tuvo opciones con el marmolillo, aunque no tan sangrado, Quisquilloso. Al bravo y boyante Zultán sí lo aprovechó y le cortó una oreja tras una labor bien construida y completa, al final en las cercanías, por ambos pitones.


INFORMACIÓN SACADA DE LA WEB: www.noticiasdenavarra.es

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